viernes, 16 de marzo de 2012

Carta de Lectores, 3 de junio de 2007.


Leo con profunda tristeza y observo la foto del día en La Capital (los niños durmiendo en la calle en pleno frío), con lágrimas en los ojos, rememorando experiencias pasadas por mí. Señores políticos que tanta campaña electoral hacen, ¿cómo no pueden sentir tristeza al observar a estas criaturas durmiendo a la intemperie con temperaturas bajo cero? ¿No les parece que la mejor campaña que podrían hacer es ponerse los zapatos y recorrer las calles nocturnas, no permitir que nunca más un solo niño deba dormir en la calle? (...) Apelo a la sensibilidad de quienes tienen el poder y las posibilidades de no permitir que por ningún motivo vuelva a pasar un niño o cualquier ser humano una noche helada, donde su único techo sean las estrellas.
Extraído del libro Hay un niño en la calle, de Marcos A. Urcola

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