jueves, 15 de marzo de 2012

Carta de Lectores, 27 de diciembre de 2006.


El dolor que alberga mi corazón al recorrer las calles de Rosario, de mi tan querida Rosario, es profundo y desgarrador. Me es imposible describir con palabras la tristeza que recorre mi cuerpo cuando los veo a ellos. ¿Quiénes son ellos?, se preguntará usted. Son los chicos que trabajan, duermen y, en definitiva, viven en la calle. No podemos seguir permitiendo que la realidad sea tan cruel para estos chicos que no sólo soportan el calor, la lluvia o el frío sino también la dureza de vivir sin un techo, sin una comida y, peor aún, sufriendo el rechazo de una sociedad que les da vuelta la cara (...).
Extraído del libro Hay un niño en la calle, de Marcos A. Urcola

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