miércoles, 7 de marzo de 2012

Carta de Lectores, 10 de marzo 2007 (Diario La Capital)


“El crecimiento de la pobreza en los últimos años fue alarmante. El gobierno continua con las políticas que en su momento sirvieron de paliativos para las personas que siguen estando por debajo del nivel de pobreza. Esta situación empeora cada día. Hay conflictos mediáticos, de pobres contra pobres; la clase media baja sufre de xenofobia con los negros y con los pobres, están convencidos de que son causantes de la inseguridad y de la violencia reinante. No queremos reflexionar, optamos por el simplismo y nos vamos a los extremos, nos convertimos en jueces, y como decimos vulgarmente, metemos a todos en la misma bolsa. Los trabajadores  sin trabajo, precarizados con salarios de hambre y de vergüenza, caben en esta bolsa, (…) también entran los viejos jubilados –pobres y en la miseria-; juntamente con los niños y jóvenes discriminados y condenados a una vida sin posibilidades de futuro, como así también las trabajadoras del sexo, los cartoneros, chicos de la calle, adictos, discapacitados, etcétera (…)”.
Extraído del libro Hay un niño en la calle, de Marcos A. Urcola

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