martes, 13 de marzo de 2012

Carta de Lectores, 24 de octubre 2007.


(...) Viendo un programa de televisión que muestra la dura realidad que viven los chicos de la calle, pensé: qué suerte tienen mis nietos de tener un hogar, familia, educación, amor y todo cuanto merecen por derecho. Nosotros lo sabemos porque porque en nuestra infancia los tuvimos. Hoy hay criaturas que disfrutan esos beneficios, como mis nietos Florencia, Gastón, Delfina y Matías. Pero hay gente que olvida que todos los niños tienen derechos. Y me viene a la mente la tremenda palabra: discriminación. Perdón, olvidaba contarles que mi nieto Gastón tiene Síndrome de Down, un don maravilloso que nos hizo llorar de amor cuando llegó a nuestro hogar, y que nos emociona verlo crecer, observar sus logros, descubrir bajo su pelo rubio y sus ojos azules una persona de nueve años con el corazón lleno de amor y un enorme futuro por delante. Pero hay personas que lo rechazan (...).

Extraído del libro Hay un niño en la calle, de Marcos A. Urcola

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