jueves, 29 de diciembre de 2011

Tire dié

“El documental Tire dié es la primera encuesta social que se filma en América Latina. Empieza a ser filmada en el año 1956 y se termina en el 1958, dos años después.  Tire dié está producido por una universidad argentina, la Universidad Nacional del Litoral en la Ciudad de Santa Fe. Es la primera vez ―año 1956, mitad de la década de 1950― que una Universidad asume la producción de un film, por eso yo les digo que todo esto debe ser visto y escuchado con el “signo del después”, porque hoy no hay Universidad en América Latina que no tenga un departamento de Cine o un departamento de Televisión o, como mínimo, un departamento Audiovisual.  Pero “Tire dié” se hace de manera que corresponde a una de las honestas astucias con las que a veces tenemos que movernos para poder hacer nuestro trabajo, que es la de encontrar un resquicio en el Instituto de Sociología que tiene esa Universidad. Porque para la Universidad en ese momento, y a pesar de que eran universidades bastantes progresistas, el cine era algo mal visto ¡todavía eran artes del diablo!  y solo a través de este Instituto de Sociología conseguimos  la producción de este film, obviamente con medios limitadísimos.
El nuevo cine latinoamericano, entre otras características, tiene la de no haber trabajado nunca sobre la base de géneros tradicionales, no estableciendo una especie de divortio acquarium entre lo que es ficción y lo que es documental como más o menos se entiende tradicionalmente o académicamente. Este especie de off limits, creo que es algo que está profundamente enraizado en nuestro ser cultural, en nuestras vivencias culturales en cuanto latinoamericanos, y es una idea que me está rondando en estos días, quiero trabajarla un poco mejor, pero se las anticipo, porque creo que, en definitiva, en el caso específico del cine, esta no discriminación, o mejor, esta contaminatio ―como la llamaría Pasolini―, esta contaminación de géneros entre lo ficcional y lo documental no son y no es sino una de las tantas expresiones, en este caso estética, de nuestro sincretismo cultural”.


Fernando Birri obtuvo con este documental el Gran Premio Especial del Jurado en el IV Festival de cine de SODRE, Uruguay, 1961. Posteriormente ha realizado una larga lista de documentales y películas de ficción, incluyendo un documental sobre Nicaragua “Remitente Nicaragua”. Sus obras han merecido menciones y premios en festivales internacionales de cine, entre otros, La medalla de oro de San Marcos en la XXIII de Venecia; El primer premio en la reseña cinematográfica del tercer mundo, Génova, Italia; Premio OCIC y Premio Coral en el IV Festival de cine latinoamericano en la Habana; Premio Paloma de oro en el 40 festival Internacional de Lepzig, Alemania.
Es miembro fundador y la más importante figura del Nuevo cine latinoamericano. Ha sido director de la Escuela internacional de cine y televisión en Cuba y actualmente es profesor visitante de universidades norteamericanas como Tufts y Stanford.


“Los pibes de la vía miran expectantes la llegada del tren. Nos enteramos a través de una encuesta, al maquinista, al fogonero y al guarda, de que el tren al pasar a paso de hombre por el puente da lugar a un problema que se repite cotidianamente con los pibes de la barriada.
El tren llega al puente, disminuye su velocidad a paso de hombre. Contemporáneamente, algunos pibes salen desde sus ranchos, míseras viviendas hechas de barro, paja, latas, bolsas y palos; otros abandonan sus juegos en el arenal y basural vecinos, otros apresuran sus changas y rebusques, otros que ambularon todo el día se encaminan hacia el terraplén. Nos acercamos a algunos de ellos y nos introducimos en el ambiente, mientras el tren prosigue su marcha a paso lento; a través de una encuesta nos enteramos de los problemas de la gente del lugar: la miseria, como consecuencia de la desocupación, salarios bajos y desclasamiento, ha implantado: el analfabetismo, la insalubridad, la prostitución, la delincuencia, el alcoholismo, la vagancia, la desnutrición, los rebusques, la inestabilidad familiar, la vagancia infantil, las changas infantiles, la promiscuidad y la mendicidad.
El tren está llegando al lugar donde los pibes siempre lo esperan. Al grito mecánico de “tire dié”, “tire dié”, “tire dié”, algunos pibes van corriendo con los pies descalzos sobre la pasarela de lajas rotas, de cincuenta centímetros de ancho, a siete metros de alto; mientras otros corren por debajo.  Los pasajeros, atraídos por los gritos, se vuelcan sobre las ventanillas del lado de la pasarela.
Otros pibes que han ido corriendo al encuentro del tren. Se entrechocan con los primeros que, dejados atrás por aquél, reinician su carrera siguiéndolo.  La miseria no hace distinción de sexo. Entre los pibes también hay “mangueritas” de “tirar de la manga”, pedir. El coro de pedidos aumenta en franca competencia. Los pasajeros reaccionan ante al espectáculo de diversas maneras: algunos comentan, otros se muestran indiferentes, unos tiran monedas, otros restos de comida y de dulces, otros golosinas; mientras unos se muestran apenados o molestos, otros se burlan haciéndoles correr varios metros para darles o no, al final, una moneda.
Bajo el puente, las monedas que se les escapan de las manos a los de arriba, provocan entre los pibes verdaderas arrebatiñas, peleas, revolcones y pujas en el barro. El tren llega al terraplén. Aquí se unen los chicos que han corrido por la pasarela atravesando el último tramo sin lajas, los que han corrido por debajo y los que por ser muy chicos o menos audaces se han amontonado a los dos lados de las vías esperándolo allí. “Tire dié diga, tire dié, tire dié diga, tire dié!”, es la gritería general. Con una encuesta al guardavía se completa el cuadro de riesgo y lo cotidiano del hecho.
Al tomar la curva el tren acelera y retoma su ritmo normal. Después de la “manga”, hacemos una encuesta entre los pibes que se van dispersando, para saber cuanto dinero sacaron y que harán con él: jugárselo, llevarlo a sus casas para contribuir en el presupuesto familiar, comprar cigarrillos y golosinas, ir al cine.
La barriada recobra su fisonomía habitual”.


Información extraída de la revista Carátula. "Tire dié (Un sueño con los ojos abiertos)".

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