Sandra y Lucia se despidieron de todas aquellas personas que durante 3 meses nos han llenado de esperanza y alegría las tardes de los lunes. Unas tardes en las que hemos compartido palabras, risas, miradas, buenos momentos y muy cálidos, donde conversábamos alrededor de una ronda de mate y un taller de la risa.
Cada uno de los abuelitos de todo por amor nos ha abierto las puertas de sus casas y nos han dejado entrar siempre con una sonrisa en la cara y con ganas de pasar buenos ratos todos juntos.
En la despedida han salido algunas lágrimas de nostalgia y tristeza por la separación, pero también con muchos recuerdos y alegría de que se nos haya brindado la oportunidad de podernos conocer e intercambiar todas aquellas experiencias pasadas y presentes que se nos han planteado. Lo mejor de todo, es que muchas de esas experiencias y acontecimientos han surgido gracias a todos ellos y a su visión siempre positiva de encararse a la vida a pesar de las realidades que tienen cada uno de ellos.
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