El jueves pasado a la noche me dirigía por la avenida Belgrano con dos amigas hacia el bar de la Estación Fluvial, cuando fuimos interceptadas por cinco jóvenes cuyas edades rondaban entre los 14 y 20 años, quienes sustrajeron nuestras carteras luego de forcejear y tirarnos al suelo. Lo más llamativo del suceso es la indiferencia de la gente del lugar ante el suceso y la falta de policía, lo cual me llevó a sospechar que la Estación Fluvial es una zona liberada, donde mandan jóvenes que cuidan autos, te abren la puerta y también te roban (...).
Extraído del libro Hay un niño en la calle, de Marcos A. Urcola
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